sábado, 2 de agosto de 2008

Mi confrontación con la docencia




Hola compañeros me da gusto saludarlos nuevamente y les quiero compartir que soy Ingeniero Agrónomo especialista en Fitotecnia, egresado del Instituto Tecnológico Agropecuario No. 3, de Tuxtepec, Oax., soy originario de Comitancillo Oax., descendiente de una familia humilde. Mi padre fue maestro rural, de aquellos que llegaban a una comunidad y no solo daban clases, sino que enseñaban otro tipo de actividades como la carpintería, la albañilería, la alfarería, la siembra de hortalizas, entre otras tantas actividades, según lo que él me comentaba. En sus últimos años de servicio, fue el director de la escuela primaria de mi pueblo y una de las cualidades que reconozco de él, fue el de enseñarnos a todos sus hijos varones las actividades que desarrolla un director de primaria. De manera que siempre estuve inmerso en ese ambiente de escuela.


Tanto en el proceso de aprender como parte de mi instrucción primaria; como en el de la administración escolar. Ya que nos ensenó y aprendimos a elaborar los cortes de caja de las cooperativas escolares, las estadísticas de fin de año, a escribir a máquina, a elaborar oficios y constancias u otros documentos, etc. Creo que fue una etapa de mi historia personal que influyo mucho en mí y que se convirtió en la semilla de amor hacia el trabajo docente. Después de haber concluido la carrera, me encontraba trabajando en el Fideicomiso del Hule, en Tuxtepec, Oax., cuando a invitación de unos ex compañeros de escuela a nivel preparatoria, me plantearon si me interesaba trabajar como docente; ya que por necesidades existía la oportunidad de incorporarme como catedrático en el Instituto Tecnológico Agropecuario No. 8, de Comitancillo, Oax. Y así fue que en septiembre de 1984, tuve el privilegio de regresar a mi pueblo para prestar mis servicios como docente en la máxima casa de estudio. En lo personal siempre me ha gustado ser docente, compartir los conocimientos o propiciar en otros un aprendizaje que le sea útil en su vida, ya que lo considero una labor fundamental para la sociedad. Y como ya he mencionado en mis anteriores participaciones, para mí es una actividad trascendente; porque aquel principio o valor que haya sido apropiado por un estudiante, pues se convierte en un principio o valor que será transmitido a sus hijos y así irá pasando de generación en generación.


Desde el principio de mi labor docente hasta la fecha, me he sentido muy bien y muy satisfecho, porque me gusta mi trabajo y lo desempeño con mucha alegría; ya que cada clase es un reto y cada grupo es una oportunidad de aprender y enseñar.


Han sido 24 años de trabajo, donde he tenido la oportunidad de trabajar tanto a nivel superior como a nivel medio superior, que es donde actualmente me desempeño, inicialmente fue complicado y tuve un proceso de ajuste, en virtud de que es muy diferente tratar con alumnos de este nivel; sin embargo, a través de los años he aprendido a comunicarme con ellos y actualmente reconozco que los estudiantes del nivel medio superior, han sido un motor en mi proceso de cambio; ya que ser docente de este nivel, me ha permitido modificar mi manera de ver la docencia, ahora entiendo que por la edad que tienen los alumnos, algunos son más activos, creativos, inquietos; mientras que la mayoría se caracterizan por su irresponsabilidad, desinterés, aburrimiento, desidia, etc. Pero es precisamente esa mayoría la que le da en mi caso el sentido a mi trabajo, ya que en la medida en que pueda sembrar en ellos la esperanza de alcanzar sus objetivos y metas, en la medida en que inserte en su inquietud la oportunidad de alcanzar sus anhelos, en la medida en que los ayude a reconocer sus virtudes y capacidades y como enfrentar su realidad, en esa medida siento que como docente está valiendo la pena mi trabajo. Me considero una persona afortunada por ser parte de ese grupo de personas en el mundo que están construyendo una nueva sociedad y entre las grandes satisfacciones que he tenido están el hecho de fomentar entre mis alumnos el valor que tienen como seres humanos y que cuando me los encuentro ya como profesionistas, pues se acerquen con esa confianza y ese agradecimiento por los valores o principios que sembré en ellos.


La satisfacción de verlos realizados y que yo haya sido parte de esa contribución, el verlos con su familia y sus hijos y que les comenten acerca de uno como uno de sus mejores maestros. La satisfacción de haber hecho lo mejor en bien de los estudiantes, la satisfacción de poner mi corazón en mi trabajo y de fomentar un modelo de maestro comprometido con su trabajo diario, creo que han sido fundamentales para continuar con esta labor. Pero no todo ha sido miel sobre hojuelas y han habido momentos de los que quizás me sienta insatisfecho, como el hecho de que aun no pueda comprometer al 100% de los alumnos al mismo nivel de aprendizaje, sé que es una situación difícil por la heterogeneidad en la forma de ser de ellos, pero pues en lo personal, considero que como personas poseemos un mismo sistema nervioso y un cerebro que tiene la capacidad de aprender y si logramos encontrar estrategias que puedan impactar a esos alumnos en congruencia a su forma de ser, de pensar, de percibir su realidad, de sus creencias; a lo mejor pueda llegar en momento en que esa brecha entre los que sobresalen y los que no, se vaya reduciendo. Ese es uno de mis compromisos, el buscar cómo reducir esas diferencias y ojala juntos lo podamos alcanzar.

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